ATAQUE 3.0
Tumbados en la hierba, vemos cómo las palomas aterrizan en la tarde. Algunos perros se alborotan y nosotros hacemos silencio.
- ¿Ves lo cool que es tu novia?
Me dice acomodándose su sombrero. No lo dice en serio. Lo dice porque el sombrero está nuevo.
- La novia soñada de todo escritor - digo - conozco como cincuenta tipos de muy buena estampa que se babearían por tener una novia como vos -.
Pienso en esas películas donde alguien se pasea por los parques con un fusil. Me gustaría tener uno en el momento para apuntarle a unas cuantas criaturas y que ella me diga: "No. No lo hagas, no vale la pena". A lo lejos, una bandada de palomas se levanta del suelo y es correteada por uno de aquellos perros que son felices en los parques. Yo no soy uno de ellos. Yo no soy un perro. Pero soy feliz.
- No soy amigo de los consejos, pero te voy a dar uno para que te lo grabes muy bien: a veces, las rayas y círculos sí combinan.
En la tierra, yace el vaso de malteada de chocolate. La etiqueta dice: "¡Mac Donalds, Me encanta!"
- En mi país doblan las películas, pero no traducen las etiquetas de Mc Donalds. Aquí traducen las etiquetas y le ponen subtítulos a las películas.
Unas palomas vienen y otras van. Una nube de palomas cae desde los edificios.
- En la moda todo es cíclico. Estos tejanos solían estar de moda cuando fui chico. Luego se fueron y luego regresaron.
Las palomas comen migajas del piso y empiezan a rodearnos. La hierba ahora es un mar de palomas. Una de ellas me picotea la cabeza. Ella la espanta. La sangre se derrama; moja la tierra. Es un pequeño agujero al lado de mi oreja. Otra me picotea en la mano. Ella trata de detener mi hemorragia y al mismo tiempo trata de despejar nuestro mantel de tanta paloma. Vienen los perros. Huyen las palomas. Ratas con alas perdiéndose en la inmensidad. Yo me limpio el cuello. Ella se cerciora de que ellas alcen el vuelo.
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